Esta es mi verdad Me gustaría masturbarme en la ducha, pero en realidad lloro en la ducha. Lloro para poder salir a ser la madre que mis criaturas merecen. Bebés salidos de todo el amor que conseguí guardarme dentro, pese a la guerra. La guerra en la que crecí de niña, la del padre feroz y el patriarcado asesino. La guerra que aún me hace llorar en la ducha. Crecí aprendiendo a ser maltratada, y más tarde acosada y violada. Y aún me niego a ser víctima, sólo quiero que el patriarcado sea culpable. Y a mis 45 años ahora gorda y con el pelo blanco y deliberadamente contestatario, se me ignora en el abuso, ese que en breve se le pasará a mi hija como un saco de mierda, un yugo, un grillete ensangrentado. A mis 45 años lloro en la ducha y quisiera masturbarme y escribo libros y creo proyectos en los que les digo a las mujeres que se masturben, que sean felices, que resistan, que son poderosas, que no se crean la propaganda, que se protejan, que se agrupen, qué se quieran. Ellas n...
La feminista que hablaba de partos. La madre que hablaba de feminismo. La espectadora madre y feminista.