Llevo un par de días escribiendo emails, pidiendo firmas y traduciendo, apelando a colegas y amigas de buenas formas pero con urgencia para silenciar el horror que grita por normalizarse. Hace un par de días se extendía por las redes sociales la noticia, difícil de creer, que nos hablaba de una mujer brasileña que estando en pleno trabajo de parto había sido sacada de su casa por diez policías. A partir de ahí empezamos a conocer detalles: fue la doula la que hizo circular la noticia, la mujer se llama Adelir, era su tercer bebé, estaba de nueve centímetros, se le dijo ese mismo día que venía tarde y de nalgas, Adelir es de una etnia minoritaria, etc...etc... Los detalles me sobran, para mí no hay nada absolutamente nada en este mundo que justifique que la policía se llevase a Adelir por la fuerza durante su parto para ingresarla en un hospital, no hay nada absolutamente nada en este mundo que justifique que se la someta por la fuerza a una cesárea. Pese a que ...
La feminista que hablaba de partos. La madre que hablaba de feminismo. La espectadora madre y feminista.