Ayer me despertaba y miraba mi móvil en uno de esos malos hábitos de siglo veintiuno y tenía varias notificaciones con lo que yo considero una buena nueva relativa. Gracias al trabajo de activistas afroamericanas caía por fin la estatua de John Simms en Central Park. No hace mucho daba una charla en las oficinas de Amnistía Internacional en Londres, en la que hablaba extensamente de lo que Simms entre otros "padres de la obstetricia" habían hecho a las mujeres supuestamente por las mujeres. Mi charla se centraba en evidenciar que la obstetricia había surgido de manera violenta. Los obstetras cuando surgieron como una nueva profesión necesitada de puestos de trabajo usurpó lo que las matronas habían desarrollado durante miles de años y lo hizo a base de desprestigiarlas, difamarlas y acusarlas de infinidad de cosas. A las comadres habituales en los partos domiciliarios...
La feminista que hablaba de partos. La madre que hablaba de feminismo. La espectadora madre y feminista.