Leo esta mañana que este video con una escena de hace 28 años se ha hecho viral. Soy muy fan de los Simpsons , pero por desgracia no son visionarios con lo del pin parental. La ignorancia fascista aliada con la religiosidad ha existido siempre, en Estados Unidos está comodamente establecida y ha conseguido llegar a la presidencia.
En esa escena y de manera invertida hace muchos años quienes se salían de clase eran mis hermanos durante la clase de religión por petición paterna en una escuela predominantemente católica (como lo eran casi todas en el barrio antes de la muerte de Franco) parece ser que la percepción de los otros niños hacia mis hermanos era poco menos que de comunistas rusos. Curiosamente en una de las muchas incoherencias que dominaron mi infancia, por ser niña yo acabé en un colegio de monjas pese a todo el ateísmo paterno. Como veis el machismo a menudo está por encima de muchas otras cuestiones políticas...Lo bueno de crecer con un padre dictatorial ateo, machista y de izquierdas y en un colegio de monjas, es que me ha hecho extremadamente desconfiada y muy perspicaz, aunque quizá eso cayendo en estereotipos es por la genética gallega. A saber...Pero mi vida que era pura incoherencia me hizo también salirme por mi propia cuenta de una clase en la que las monjas se empeñaron en adoctrinarnos con un video contra el aborto, y ya más tarde acabar el colegio diciéndole a una monja con más petulancia que inteligencia qué dios no existía y que lo decía Nietzsche.
No sé por qué pero la religiosidad es algo que detecto muy rápido y me pone muy nerviosa, tengo una profunda aversión. Y quizá por todo esto o quizá porque soy madre unschooler (mis hijos están educados de manera autónoma en casa) no voy a colgar en redes el texto que veo por todas partes de Tus hijos no son tus hijos.
Un texto que he visto en muchos sitios toda mi vida usado de diferentes maneras y veo ahora reivindicado con este tema, este texto fue escrito en por un poeta libanés cristiano que defendía la unidad de todas las religiones, hace casi un siglo.
Esto mismo curiosamente ha defendido Irene Montero y a mí me empieza a preocupar tanta simplificación de conceptos, será la edad o la experiencia vital, yo creo que la vida no es blanca y negra, y a mi me alegra que mis hermanos no tuvieran que asistir a clase de religión en aquella época, algo que como niños les supuso imagino cierto ostracismo en el colegio que quién decidió políticamente no tuvo que sufrir, pero que sé que ahora agradecen.
Si los hijos fueran del Estado no hubieran tenido esa posibilidad, si los hijos y las hijas fueran del Estado yo no podría hacer unschooling. Y en el unschooling hay de todo y en Estados Unidos concretamente hay mucha gente extremista religiosa y esto también es un problema.
Es decir las respuestas no son ni blancas ni negras, son tan complejas como las personas. Para mí, los hijos no nos pertenecen ni a nosotras ni al Estado como productos o bienes materiales, como considera a menudo la subrogación, no nos pertenecen como extensión de nuestra personalidad, ni como vertedero de sueños y frustraciones como vemos en certámenes de belleza infantil o concursos y castings, los hijos e hijas nos pertenecen como responsabilidad adquirida, con suerte adquirida con deseo y voluntariamente. Y esa responsabilidad empieza por los progenitores y se extiende a la sociedad, la sociedad que no deja de ser una sociedad hecha de hijos e hijas.
Tenemos la responsabilidad de sus cuidados y de su salud, y tenemos la responsabilidad de educarlos en el respeto a los demás así como de educarlos de manera respetuosa para que aprendan a expresarse por ellos/as mismos/as y para que puedan desarrollar su potencial humano para contribuir a su felicidad y bienestar y al hacerlo mejorar de manera colectiva la humanidad. Por ello los niños no pueden ser adoctrinados en ningún tipo de ideología y sí deben ser educados en civismo, salud y tolerancia. Y dado que la responsabilidad primera es con los padres y madres, creo que deberíamos reivindicarnos con toda la importancia que tenemos para exigir que se nos respete como tales. Deberíamos tener una sociedad que nos apoyara para llevar a cabo esa responsabilidad, con lo que eso conlleve a nivel económico, psicológico o laboral. Deberíamos acabar con todos los signos religiosos en los colegios, impartir clases de educación sexual (todas las orientaciones sexuales) porque es un tema de salud que nos atañe a todos ya que es un tema de salud y vigilar a los niños y niñas expuestos a situaciones de maltrato contra ellos o sus madres porque también es un tema de salud e incluso supervivencia. Los hijos e hijas son en tanto que responsabilidad, de los padres y madres, y por extensión responsabilidad del Estado. Quizá el problema en sí lo hayamos generado hablando de "género" que es una ideología (patriarcal) y no de sexo que es una cuestión de educación fisica y de salud, pero eso ya es otro tema, por ahora sólo digo andémonos con cuidado, no sea que a nuestros propios discursos de progreso se les vaya a dar la vuelta.
En esa escena y de manera invertida hace muchos años quienes se salían de clase eran mis hermanos durante la clase de religión por petición paterna en una escuela predominantemente católica (como lo eran casi todas en el barrio antes de la muerte de Franco) parece ser que la percepción de los otros niños hacia mis hermanos era poco menos que de comunistas rusos. Curiosamente en una de las muchas incoherencias que dominaron mi infancia, por ser niña yo acabé en un colegio de monjas pese a todo el ateísmo paterno. Como veis el machismo a menudo está por encima de muchas otras cuestiones políticas...Lo bueno de crecer con un padre dictatorial ateo, machista y de izquierdas y en un colegio de monjas, es que me ha hecho extremadamente desconfiada y muy perspicaz, aunque quizá eso cayendo en estereotipos es por la genética gallega. A saber...Pero mi vida que era pura incoherencia me hizo también salirme por mi propia cuenta de una clase en la que las monjas se empeñaron en adoctrinarnos con un video contra el aborto, y ya más tarde acabar el colegio diciéndole a una monja con más petulancia que inteligencia qué dios no existía y que lo decía Nietzsche.
No sé por qué pero la religiosidad es algo que detecto muy rápido y me pone muy nerviosa, tengo una profunda aversión. Y quizá por todo esto o quizá porque soy madre unschooler (mis hijos están educados de manera autónoma en casa) no voy a colgar en redes el texto que veo por todas partes de Tus hijos no son tus hijos.
Un texto que he visto en muchos sitios toda mi vida usado de diferentes maneras y veo ahora reivindicado con este tema, este texto fue escrito en por un poeta libanés cristiano que defendía la unidad de todas las religiones, hace casi un siglo.
Esto mismo curiosamente ha defendido Irene Montero y a mí me empieza a preocupar tanta simplificación de conceptos, será la edad o la experiencia vital, yo creo que la vida no es blanca y negra, y a mi me alegra que mis hermanos no tuvieran que asistir a clase de religión en aquella época, algo que como niños les supuso imagino cierto ostracismo en el colegio que quién decidió políticamente no tuvo que sufrir, pero que sé que ahora agradecen.
Si los hijos fueran del Estado no hubieran tenido esa posibilidad, si los hijos y las hijas fueran del Estado yo no podría hacer unschooling. Y en el unschooling hay de todo y en Estados Unidos concretamente hay mucha gente extremista religiosa y esto también es un problema.
Es decir las respuestas no son ni blancas ni negras, son tan complejas como las personas. Para mí, los hijos no nos pertenecen ni a nosotras ni al Estado como productos o bienes materiales, como considera a menudo la subrogación, no nos pertenecen como extensión de nuestra personalidad, ni como vertedero de sueños y frustraciones como vemos en certámenes de belleza infantil o concursos y castings, los hijos e hijas nos pertenecen como responsabilidad adquirida, con suerte adquirida con deseo y voluntariamente. Y esa responsabilidad empieza por los progenitores y se extiende a la sociedad, la sociedad que no deja de ser una sociedad hecha de hijos e hijas.
Tenemos la responsabilidad de sus cuidados y de su salud, y tenemos la responsabilidad de educarlos en el respeto a los demás así como de educarlos de manera respetuosa para que aprendan a expresarse por ellos/as mismos/as y para que puedan desarrollar su potencial humano para contribuir a su felicidad y bienestar y al hacerlo mejorar de manera colectiva la humanidad. Por ello los niños no pueden ser adoctrinados en ningún tipo de ideología y sí deben ser educados en civismo, salud y tolerancia. Y dado que la responsabilidad primera es con los padres y madres, creo que deberíamos reivindicarnos con toda la importancia que tenemos para exigir que se nos respete como tales. Deberíamos tener una sociedad que nos apoyara para llevar a cabo esa responsabilidad, con lo que eso conlleve a nivel económico, psicológico o laboral. Deberíamos acabar con todos los signos religiosos en los colegios, impartir clases de educación sexual (todas las orientaciones sexuales) porque es un tema de salud que nos atañe a todos ya que es un tema de salud y vigilar a los niños y niñas expuestos a situaciones de maltrato contra ellos o sus madres porque también es un tema de salud e incluso supervivencia. Los hijos e hijas son en tanto que responsabilidad, de los padres y madres, y por extensión responsabilidad del Estado. Quizá el problema en sí lo hayamos generado hablando de "género" que es una ideología (patriarcal) y no de sexo que es una cuestión de educación fisica y de salud, pero eso ya es otro tema, por ahora sólo digo andémonos con cuidado, no sea que a nuestros propios discursos de progreso se les vaya a dar la vuelta.