Me van a disculpar pero mi gallego, pese a ser la lengua de mis padres, se queda corto para este texto. Para los que no lo entiendan el titulo dice “los niños y las madres primero”
Una frase que como código social se aseguraba de que en situaciones de riesgo estos fuesen atendidos primero. Se puede interpretar que esto sea por vulnerabilidad, yo personalmente siempre he pensado que es también por importancia. En situaciones límite para nuestro colectivo humano, nuestro futuro son los bebés y con ellos las madres que puedan cuidarlos para garantizar su supervivencia.
Pero en los días que vivimos, en este mundo al revés que nosotras conocemos como patriarcado, con un sistema que se define por su significado como la omisión de la matriarcalidad, hemos distorsionado e interferido tanto en la maternidad que situaciones tan distopicas como las que acontecen en el Hospital de Verín son posibles. Qué una madre tenga que luchar y ser aleccionada para que una médica no se lleve a su bebé recién nacida a otra ciudad realmente parece de película de ciencia ficción. Que haya protocolos, leyes y gobiernos que no vean su propia deshumanización en sus discursos e intervenciones es verdaderamente preocupante y que las futuras madres de Verín tengan que lidiar con semejante angustia debe ser terrorífico.
No sé en qué demonios piensan ustedes cuando hacen y deshacen, cuando la maternidad es tratada como algo baladí. No sé qué parte de primum non nocere se le olvida a quienes quieren arrancar a un bebé (sí, por la simbiosis que ambos experimentan en esa situación hablamos de arrancar) de los brazos de su madre.
¿Qué demonios creen ustedes que apoyan cuando se ponen su lacito morado contra la violencia contra las mujeres? ¿Pensaban que es asesinarnos lo que está mal? La violencia de la que hablamos es toda la que ejerce el sistema patriarcal contra nosotras mujeres y también madres, y esto que ustedes es tan haciendo es una violencia más de tantas que además y por extensión afecta a nuestros bebés. Y si no entienden esto, entonces no han entendido ustedes nada.
Atemorizar a las madres, aleccionar y desautorizarlas y privarlas de sus servicios sanitarios, por mucho protocolo y ley que ustedes utilicen no deja de ser violencia.
No sé, de verdad les digo, en qué demonios están pensando con todo este asunto. Pero desde luego que no es ni en las mujeres, ni en las madres ni en las criaturas, porque de hacerlo estarían también con pancartas diciendo Verín non se pecha.