Skip to main content

Ya no hacemos homeschooling

Vengo de llorar en una reunión del colegio de mi hijo mayor, a quien desescolarizamos a los 7 años. Cumple 14 este mes  y este ha sido su primer año en la escuela por decisión propia, por si es de interés vivimos en Londres. Su tutor nos ha enseñado sus resultados finales y son los mejores de su grupo, y en todas las asignaturas está muy por encima de la media nacional. Ha resaltado sus habilidades de liderazgo, el ser capaz de animar a los demás a no molestar y concentrarse, su capacidad de debatir y la seguridad con la que lo hace incluso con chicos mayores que él. Su tutor ha dicho que se quita el sombrero ante nosotros porque sus resultados son increíbles. Y aquí es donde me he puesto a llorar, siendo la principal responsable de su educación (aunque desde la perspectiva autónoma que hemos seguido en realidad lo ha sido él) me he pasado muchos años bajo presión, escuchando la misma retahíla que todos los homeschoolers conocen tan bien....

¿Y no seguís el currículo escolar?
¿Y cómo va a hacer si tiene que hacer exámenes o si va al colegio más tarde?
¿Y la socialización qué?

Yo no le he enseñado nada académico a mis hijos en los últimos 7 años, he hablado con ellos, les he escuchado, he instaurado valores como el civismo y el respeto al prójimo, me han visto y acompañado en mi trabajo como activista y feminista, les he llevado a museos y les he intentado instigar la curiosidad por todo aquello que les rodea, desde una película, a la hoja de un árbol pasando por Bob Dylan...
Nunca les enseñé más matemáticas que las necesarias para hacer un pastel, dividir cosas entre amigos y hacer la compra. Nunca les enseñamos gramática, pero les leímos desde pequeños y una vez a la semana escribíamos y nos contábamos historias en familia, nunca les enseñé ciencias pero fueron a parques, playas y museos, no dieron clases de arte pero dibujaron y pintaron mañanas enteras, no les enseñamos historia, pero se la contamos en relación con el presente cuando surgía la oportunidad, etc...No les hemos enseñado nada y han aprendido tanto.

Y hoy he estado sentada frente a un tutor y profesor de matemáticas que está admirado con mi hijo y que no deja de asombrarse, un tutor que se plantea hacer homeschooling con sus hijos al ver al mío. Y hoy no encuentro a ninguna de esas voces que tanto dudaban y qué por desgracia a menudo me hicieron dudar a mi también (como pasa con los partos curiosamente) y estoy segura que cuando confronte a alguna de ellas pensaran que es suerte o que es gracias a la escuela.
Pues a ellas también me gustaría decirles que aquella socialización maravillosa que mi hijo se estaba perdiendo no es la que existe en las escuelas, mi hijo no acaba de entender porque sus compañeros son tan agresivos, por qué hay racismo, por qué sus compañeros toquetean a las niñas sin ningún respeto y por qué la única opción que le queda para hacerse respetar es la violencia. 
Y esto no es el resultado de que el homeschooling haya hecho de mi hijo un sociopata tal como amablemente me auguró algún que otro listo en el pasado. No, esto es lo que ocurre cuando metes a un individuo respetado y por tanto respetuoso en un sistema que ha industrializado el cuidado de la infancia, que tal y como ocurre en el campo en el que trabajo (el nacimiento) no hace más que meter con calzador a todos los individuos en un sistema obsoleto que genera todo tipo de reacciones adversas y deshumanización que no sabemos ni como encajar...
Me gustaría que los homeschoolers fuéramos más autocríticos y lo hiciéramos desde la confianza de saber que la nuestra es una opción válida y aun así difícil por ser menos común. Y me gustaría que las escuelas mirasen más a las educaciones alternativas para nutrirse de ellas y buscar maneras de mejorar el sistema vigente y de renovarlo para una coherencia con la sociedad del s.XXI
Mis hijos ahora van al colegio, porque la vida no es perfecta, porque su libertad y el respeto por sus opiniones siempre fue mi guía en su maternidad, sé que no es lo peor que puede pasarle ni muchísimo menos, pero también sé que eso significa morderme la lengua, comprar uniformes y acatar ciertas
reglas. Pero hay muchísimas cosas que aun nos pertenecen como familia en las que nadie podrá interferir y sé que de alguna manera su homeschooling nos ha cambiado a todos para siempre. Nos ha dado la sabiduría de saber que hay otro lado, hay otras formas y creo que ellos son otros al saber que siempre tendrán la opción B y que nosotros sabemos que en el fondo es la A. 
Y aun así tengo algo que me aúna con todas las madres y padres, y es que no he podido hacer todo lo que me hubiese gustado y no he podido ofrecerles un mundo mejor, pero confío que con ellos en él ya lo es.
Segunda parte aquí 
          

Popular posts from this blog

De fines de año, Guerras de las Galaxias y otros apocalispsis patriarcales

En este día en tierra de nadie que es el 30 de diciembre, cuando me doy cuenta de que me he asignado el trabajo de preparar la fiesta de fin de año (mi pareja se encargó del 25) y de que como siempre me he pasado, que si tarta de chocolate por hacer, huevos rellenos, uvas para la fiesta, solucionar la conexión vía iPad desde casa de los vecinos para las uvas (y encargarme de entrenar a los escoceses que no conocen la tradición) y por qué no Jesusa haz tu primera queimada ya que estás y ahora que os escribo me acuerdo de sacar la pata de cordero del congelador...En fin, pues sí en este día, escucho a mi marido comprar las entradas para ver Star Wars y grito: "¡yo también voy!" He decidido así de sopetón que no me quiero perder la cara de Anaïs que a sus 4 años y medio va por primera vez al cine, prefiero ignorar irresponsablemente mis responsabilidades a no estar en ese momento. Mis hijos mayores me informan diligentes que la película pasa el test de Bechdel.       ...

Cualquier día de estos podría ser tu cumpleaños

Para Anaïs y para las madres que esperan  (Publicado originalmente en Agosto del 2011) Cualquier día de estos podría ser tu cumpleaños, podría ser el primero de muchos para recordar y celebrar. Cualquier día, desde hace ya algunos se halla siempre en la frontera de lo trivial y lo extraordinario. Cualquier día se podría llenar de cosas inconfundibles e irrepetibles, anécdotas, tiempos, sangre, olores, dolores y vida. Cualquier día de estos se creará una historia nueva, que te contaremos hasta que llegue a aburrirte pero que yo desde este lado del puente aún no sé ni como empieza. Y te imagino y me imagino, nos imagino. Y te invento una y otra vez, tan perfecta, tan sana, tan bella como un sueño. Y te escribo y te canto y te cuento. Y te digo ven cuando quieras y luego te acarició sin verte diciendo no tengas prisa, yo te espero. Y me pregunto, ¿cuánto se puede querer sin conocer, sin saber y sin nombrar? Cualquier día te tendré en mis brazos, cualquier día te traeré a este...

La salud

Veo que los humanos y humanas caemos en la repetición de nuestros errores con cierta facilidad. Y bueno en realidad la naturaleza también tiene tendencia a la repetición. Y aunque la repetición y mutación suelan darse en la persecución de perfeccionamiento o de alternativas más interesantes, a veces esto lleva a cosas tan terribles como el virus que nos somete ahora a todo tipo de adaptaciones forzadas y forzosas, que sobrellevamos como buenamente podemos y en función de nuestras circunstancias. Las mías como madre unschooler (mis hijos no están escolarizados) residente en Londres, no son las peores. Y desde aquí contemplo al que fuera mi país, desde la ventana virtual que me ofrecen mis amplias redes sociales y compruebo con mucha angustia la aplicación de algunas medidas llevadas a cabo en estos días extraños. Antes de nada me gustaría decir que voy a intentar ser prudente, porque si algo sé en estas circunstancias es que no sé nada y también que me alegro de no ser ninguna de las ...