Este increíble estudio acaba de aparecer en mi Facebook, habla de como la bacteria presente en la leche materna acelera la curación de heridas a través de la hormona oxitocina. A cualquiera que le interese la ciencia perinatal y a mi me fascina, le encantara.
Día si, día no, en mi Facebook aparece algún estudio que habla de como a la leche materna se le descubre algún súper poder, alguna nueva capacidad, algo casi mágico que nos sorprende.
A mi en el fondo me irrita. Me irrita porque el planteamiento se hace desde la perspectiva socialmente enquistada de la lactancia artificial como una opción idéntica, se hace desde la duda de lo fundamental de el proceso biológico, se hace desde la tan necesaria y mediática guerra de madres.
La leche materna ES el alimento de nuestra especie, diseñada a la perfección evolutiva mente para la supervivencia y el desarrollo de una especie tan compleja como la nuestra. Y no se trata de crear guerras maternas, las guerras maternas interesan a la industria. Se trata de partir de esa base para comprender que no es que si le das leche de teta a tu bebé tiene más posibilidades de tocar el violín o ser un genio (anuncios utilizados para la leche de fórmula en países subdesarrollados) Se trata de comprender como con la cesárea que por las razones que sea has tomado un desvío en un plan de ruta, y que entendiendo lo que eso supone puedes ayudar de otras maneras, con más piel con piel, buscando las mejores alternativas para tu caso e informándote.
Me gustaría que no se perpetuara esta actitud a través de los medios.
La lactancia se ha hecho una cuestión política por cuestiones económicas. Las madres deberíamos entender que se nos manipula por interés comercial. Deberíamos recuperar nuestra leche para darla o no darla sin que esto fuese parte de una guerra artificial que no es la nuestra.
Podrán seguir investigando y todo lo que concluirán es la perfección de la leche materna para nuestros bebés, pero esas investigaciones en el fondo parten siempre inconscientemente de una cultura que perpetua la falta de confianza en los poderes matriarcales y los atributos de semidiosas que poseemos y se nos niegan todos los días de mil maneras.