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¡Gracias Sheila Kitzinger!

Anoche me llegaba la noticia de que Sheila Kitzinger había muerto.
No sé ni por dónde empezar a darle las gracias a Sheila. Hace justo tres días pensaba en escribirle un email sobre su autobiografía que se publicará el mes que viene y le iba a decir que quería que me la firmara. No le escribí porque la imaginé ocupada con la publicación del libro.
Entre otras cosas que se dicen en la prensa inglesa hay un par de ellas que me hacen sonreír al pensar en Sheila, las ha dicho su marido: "Hasta hace tres días estaba bebiendo Kir Royale y comiendo chocolate." "Sheila era un icono del parto en casa que decidió morir en casa"

Para mi Sheila era energía, vida y pasión. Sheila tenía un cometido claro y era compartir su visión de su feminidad, del parto y en definitiva de la vida y la energía que la empujaba era inagotable, mi ultimo recuerdo de ella me alcanzaba el otro día dando clase en la misma sala donde la vi por ultima vez, me encanta que mi ultimo recuerdo de ella sea su representación de un orgasmo con 83 años dejando a la audiencia boquiabierta y aun en esa charla cuando le dije que me encantaba leer su criticado libro Birth and Sex en el metro y con las solapas a la vista, me dijo en broma: Jesusa eres una tremenda provocadora y ¡ella acababa de fingir un orgasmo en público!
Sheila sacudía a la gente, a algunas nos cambiaba la vida para siempre y a otras las dejaba incomodas con lo que se negaban a aceptar, algún que otro obituario me lo ha deja claro esta mañana, no todo el mundo entendía a Sheila, pero hasta aquellas mujeres para las que Sheila era un revulsivo intolerable le debían algo a Sheila.
Entre otras muchas cosas le debemos el plan de parto, fue Sheila quien los introdujo en los sesenta, aunque de ellos también decía con acierto que planear un parto era como planear un picnic en Inglaterra, una cree que va a hacer sol, pero también es posible que llueva y haga viento cuando menos te lo esperes...
Gracias a Sheila los hombres pudieron entrar en los partos y las mujeres presas en Reino Unido dejaron de parir esposadas.
Sheila era la hija de una matrona revolucionaria y feminista, recuerdo cuando fui su interprete espontánea en un congreso en Canarias como nos contó la influencia que su madre había tenido en su vida, su madre tuvo que ser verdaderamente revolucionaria, cuando pienso que Sheila nació en 1929 y entre otras cosas educaba sexualmente a las mujeres y a Sheila la educó para que tuviese una carrera y no para que se casase. Hacia el pasado y el futuro Sheila nos recuerda con su existencia la importancia de una figura materna llena de vida, pasión y lucha. Varias de las hijas de Sheila son académicas brillantes en su campo y tras el coma irreversible de una de ellas, dos de sus hijas han escrito un libro e iniciado una lucha sobre los derechos de las personas en coma. Una de sus hijas ha sido también una activista por los derechos de las parejas lesbianas.

Digamos que Sheila era como el rey Midas pero en lugar de convertir en oro, a quien tocaba lo revolucionaba.
Personalmente a Sheila le debo tanto que se me hace muy difícil extraerlo de lo que es mi vida hoy. Leer su libro Rediscovering Birth, fue un oasis en un desierto en el que mi cuerpo quería parir por primera vez. Gracias a él recordé todo lo necesario para parir a mi primer hijo, por ello me hice antenatal teacher (profesora de educación perinatal) y lo hice sin saber que la gran organización con la que cursé mis estudios fue creada con la ayuda de Sheila. Estuve en su maravillosa casa (casa que fue un regalo de Enrique VIII a su mujer Ann Cleeves) asistiendo al taller sobre escucha reflexiva para mujeres que han sufrido partos traumáticos) e inmediatamente después me hice voluntaria en la red que ella creó y aun a día de hoy atiendo llamadas desde casa. Después de eso cofundé Escuchando con el Corazón en España como red de apoyo equivalente a Birth Crisis, cuando se lo pedí, Sheila y su hija Jenny vinieron sin dudarlo a inaugurar la red en Girona.
    Inaugurando Escuchando con el Corazón de izquierda a derecha Sheila Kitzinger, Jesusa Ricoy e Isabel Vidal. Foto de LuzViudes

La ultima vez que le pedí algo a Sheila fue apoyo para el caso Habiba que otra gran activista, Ibone Olza, había sacado a la luz. Habiba es una madre que más de una recordara, por haber sido separada de su bebé de manera brutal en una institución madrileña en el 2011.
 Sheila me dio las gracias por involucrarla en el caso y ofreció una entrevista al periódico británico Independent sobre el caso,  cuando le conté que Habiba y su bebé habían sido reunidas al fin, Sheila contestó que qué más podíamos hacer y qué necesitaban...Su vida y su activismo eran uno y esa honestidad es la fuerza de todo su trabajo, es lo que trasciende y revoluciona. Es con lo que me quedo porque más allá de enseñarme a ser activista, a recordar desde la antropología y el feminismo como parir, de Sheila he aprendido a ser mujer con todas las letras, de pie frente al mundo, con la cabeza muy alta y peleando hasta el final y sonriente colorida y alegre, sexual y viva, con coherencia y pasión. 
Por mucho que me apene la muerte de Sheila no puedo dejar de ser feliz porque Sheila era la vida misma, y soy feliz por haberla conocido y por saber lo mucho que ha vivido y como lo ha hecho y también por saber lo muchísimo mejor que es este mundo y lo mucho mejores que tantos partos y vidas son hoy gracias a ella.
Por todo ello #thankyouSheila always! 


                       

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