Personalmente cuando leo "Parto respetado" lo percibo como algo que depende de los demás y no de la mujer que pare o el bebé que nace, y así observo como una vez más las mujeres nos vemos, entendemos y explicamos desde fuera, desde los demás, desde una extraña perspectiva extra corpórea. El parto respetado es de otros. El parto respetado implica que me están haciendo un favor, me están dando permiso...La autoridad y la importancia pasan a ser de quien respeta.
Preferiría ir más allá y reclamar el parto feliz,el parto auto gestionado, informado y expresado en coherencia, el parto en su plenitud, el parto digno, propio, protegido, meditado, comprendido y cuidado. Vivido y disfrutado. El parto que nos pertenece por definición, derecho y destino, el que nos robaron y no olvidamos, el que buscamos en un rincón y desde las entrañas, el que nos despierta e inunda, el parto amargo que también trae almas que no llegan a estar a nuestro lado, el parto que no se elige y nos elige. El parto de nuestras madres y hermanas. Incluso el que empieza y no acaba, en el que se nos puede ir una vida o reconstruir varias.... Y por tanto y por fin el nacimiento en paz, el alumbramiento humano, el respeto siempre y primero a nosotras mismas y a aquello que más amamos.