Skip to main content

La mujer ese ser indómito que huele...Y a mucha honra


Estaba a punto de irme a la cama cuando me tropiezo visualmente con esto:

"¿Han escuchado acaso el dolor de esa mujer madre cuando dice que su marido ya no la busca porque ‘huele a leche’? ¿Para ese chiquito lo más importante será ‘haber sido alimentado por mamá’ pagando el precio de que sus padres se distancien? ¿Han trabajado su sentimiento de culpa porque debe irse a trabajar y el pediatra de su hijo la regaña pues no le da suficiente pecho? ¿O se queda en casa por alimentar y que ‘fluyan’ los problemas económicos?

Tener un hijo no puede convertirse en una esclavitud donde la cultura patriarcal la ‘obliga’ a olvidarse de sí misma para que su hijo ‘la use’ cada que se le antoje. La lactancia impuesta es, psicológicamente, uno de los factores que más rechazo causa porque la maternidad vuelve a ser la cadena con la que se ‘detiene’ el mundo femenino. ¡Un hijo no puede ‘secuestrar’ a su madre a través de la lactancia!"
 El resto lo podéis leer aquí:
http://www.elpais.com.co/elpais/opinion/columna/gloria-h/amamantar-con-equilibrio

No sé ni por dónde empezar, ni si valdrá la pena, en unas semanas en las que reivindicamos que pese a lo que piensen los fabricantes de compresas no olemos mal. me vienen a decir que el patriarcado me esclaviza...a ver si lo entiendo porque roza el delirio...que me esclaviza a través de la lactancia de mis hijos...y que lo que debería hacer es dejar de oler a leche que si no "mi marido no me busca",  tiene narices la frasecita que ha ido usted a buscar para hablarme de que me tengo que liberar.

La liberación que usted pretende empieza por conocerse a una misma a sus olores, sus tetas, su vagina sus sangres y sus ciclos y tocarse, olerse y descubrirse desde si misma y no a través de nadie o a partir de otro. La liberación más grande y trascendental que yo he sentido ha ocurrido tres veces en mi vida y la última hace exactamente 1 año y 10 minutos cuando escribo esto.
Mi liberación de patriarcados, capitalismos y condicionamientos culturales ocurrió tres veces, a cuatro patas y gritando algo así como un mujido primal,  pariendo a cada uno de mis hijos y poniéndolos a mi pecho de donde brotaba sin control alguno el alimento que requerían.

Hay muchas maneras de liberarse, conocerse y transcender los limites impuestos, no tiene que ser el ser madre o el dar de mamar.

Pero que me venga a contar que el equilibrio viene de dejar de oler a leche para poder ser buscada para sexo o para que el pediatra no la regañe me parece cuando menos delirante.

A olvidarse de una misma en su totalidad nos obligan entre otros :


  • Las compañias de leche artificial que quieren que olvidemos que el alimento optimo para nuestros hijos lo traen ellos y lo administramos nosotras, es gratis y ecológico
  • El sistema económico que quiere que olvidemos que los niños nos necesitan.
  • Las empresas que nos venden productos que quieren que nos olvidemos de nuestra normalidad
  • El marketing que quiere que nos olvidemos de que envejecemos, ensanchamos, cambiamos.
  • Los ginesaurios que quieren que olvidemos que sabemos parir.
  • Y todo un sistema social que aniquila gota a gota a ese ser indómito que huele...Y a mucha honra.




AttributionNoncommercialShare Alike Some rights reserved by christyscherrer

Y el dolor al que usted se refiere en todo caso suele venir precisamente de todo eso, de querer ser madre en una sociedad que te condena a la amnesia permanente de tu identidad, a vivir una experiencia semejante como si fuera un mero tramite, a menudo inconveniente e incomodo...
Ser mujer de manera no patológica es la mayor rebeldia e insumisión que se me ocurre en estos días.

Hace exactamente un año en estos momentos paría a mi hija, por ella no me voy a dormir y escribo lo que haga falta para decir que nuestra liberación empieza por descubrir nuestros cuerpos, menstruantes, preñados, lactantes y cambiantes. Saber el poder que eso nos otorga y decidir desde esa autonomía. Desde el centro mismo de nosotras, desde nuestros olores, nuestros colores y nuestros ciclos.

Estoy enfadada y escribo a trompicones, porque ya me harté, me harté de tanta tonteria, la falta de respeto contra las mujeres y sus maternidades es tal que todo el mundo sabe y opina, y sin que le pregunten. La mujer y sus hijos el escaparate público de la decisión de otros.

Yo no me doblego ni a pediatras, ni biberones, ni hombres que me busquen o me dejen de buscar.

Y sí, huelo a leche, a sangre y a vida. Soy la vida misma y ¿usted quién es?

Popular posts from this blog

De fines de año, Guerras de las Galaxias y otros apocalispsis patriarcales

En este día en tierra de nadie que es el 30 de diciembre, cuando me doy cuenta de que me he asignado el trabajo de preparar la fiesta de fin de año (mi pareja se encargó del 25) y de que como siempre me he pasado, que si tarta de chocolate por hacer, huevos rellenos, uvas para la fiesta, solucionar la conexión vía iPad desde casa de los vecinos para las uvas (y encargarme de entrenar a los escoceses que no conocen la tradición) y por qué no Jesusa haz tu primera queimada ya que estás y ahora que os escribo me acuerdo de sacar la pata de cordero del congelador...En fin, pues sí en este día, escucho a mi marido comprar las entradas para ver Star Wars y grito: "¡yo también voy!" He decidido así de sopetón que no me quiero perder la cara de Anaïs que a sus 4 años y medio va por primera vez al cine, prefiero ignorar irresponsablemente mis responsabilidades a no estar en ese momento. Mis hijos mayores me informan diligentes que la película pasa el test de Bechdel.       ...

Cualquier día de estos podría ser tu cumpleaños

Para Anaïs y para las madres que esperan  (Publicado originalmente en Agosto del 2011) Cualquier día de estos podría ser tu cumpleaños, podría ser el primero de muchos para recordar y celebrar. Cualquier día, desde hace ya algunos se halla siempre en la frontera de lo trivial y lo extraordinario. Cualquier día se podría llenar de cosas inconfundibles e irrepetibles, anécdotas, tiempos, sangre, olores, dolores y vida. Cualquier día de estos se creará una historia nueva, que te contaremos hasta que llegue a aburrirte pero que yo desde este lado del puente aún no sé ni como empieza. Y te imagino y me imagino, nos imagino. Y te invento una y otra vez, tan perfecta, tan sana, tan bella como un sueño. Y te escribo y te canto y te cuento. Y te digo ven cuando quieras y luego te acarició sin verte diciendo no tengas prisa, yo te espero. Y me pregunto, ¿cuánto se puede querer sin conocer, sin saber y sin nombrar? Cualquier día te tendré en mis brazos, cualquier día te traeré a este...

La salud

Veo que los humanos y humanas caemos en la repetición de nuestros errores con cierta facilidad. Y bueno en realidad la naturaleza también tiene tendencia a la repetición. Y aunque la repetición y mutación suelan darse en la persecución de perfeccionamiento o de alternativas más interesantes, a veces esto lleva a cosas tan terribles como el virus que nos somete ahora a todo tipo de adaptaciones forzadas y forzosas, que sobrellevamos como buenamente podemos y en función de nuestras circunstancias. Las mías como madre unschooler (mis hijos no están escolarizados) residente en Londres, no son las peores. Y desde aquí contemplo al que fuera mi país, desde la ventana virtual que me ofrecen mis amplias redes sociales y compruebo con mucha angustia la aplicación de algunas medidas llevadas a cabo en estos días extraños. Antes de nada me gustaría decir que voy a intentar ser prudente, porque si algo sé en estas circunstancias es que no sé nada y también que me alegro de no ser ninguna de las ...