Skip to main content

No quiero ser Reina Maga

En Reino Unido es Boxing Day, un día semi vacacional en el que hay supermercados abiertos, pero todavía no hay mucha actividad. Me he pasado la noche en vela con mi hijo el mediano quien tenía  un dolor de oídos terrible por el que casi acabamos en urgencias, pero que finalmente al probar varias cosas y pensar que el fluido del oído podría disminuir presión al incorporarle, se durmió sentado reclinado sobre mi pecho, esta mañana hemos amanecido todos tarde y cansados y mi marido se ha despertado con catarro. No me encuentro muy allá, estoy con la regla con cansancio por empaquetar regalos, construir una gran jaula para unas cobayas y ahora también por pasarme la noche velando por mi peque. Aun así he decidido salir a comprar muchas cosas que hacían falta. Esperando al autobús echo un ojo a mi página de Facebook por si se cuela algún troll y al pie de mi meme sobre las reinas magas una señora me sugiere que me deje crecer testiculos, barba y que me ponga olor a chivo (no sabía yo que los hombres olían a chivo) la borro, reflexiono un rato sobre la incomprensión general y llega el autobús.



Ando por el supermercado medio mareada con mil preocupaciones y me dirijo de muy buenas formas a una especie de farmacia dentro del supermercado. Le empiezo a explicar a la señora que busco unas gotas o algo así para mi hijo que ahora está bien pero que ha pasado mala noche con dolor de oídos...la señora me interrumpe y espeta: si tiene dolor lo que tienes que hacer es llevarlo al medico. Me enfada soberanamente el tono maleducado y paternalista que además no contesta a mi pregunta, así que cambio de tema y le pido otra cosa y me voy.
Estoy apunto de coger una bandeja de bacon pero un señor decide que la suya es más importante y empuja mi carro sin miramientos a un lado, para coger él primero, ante mi cara incrédula. 
Cuando ya estoy en la caja de autoservicio escaneando lo comprado, veo al de seguridad, me quito un auricular y le digo sonriendo y abriendo mi bolsa: llevo estas medicinas pero ya las he pagado. No oigo bien por la música en mi otro oído pero aunque tardó en reaccionar me doy cuenta de que me ha contestado en tono guasón: "Ah creía que me ibas a pedir mi teléfono y mi nombre" , se me congela la sonrisa y pienso: ¿Qué coño dices imbecil? Estoy tan cansada que por una vez no monto el pollo ni me voy a hablar con el/la encargado/a que por experiencia sé que no iba a entender nada, y me consideraría una amargada...
Pongo cara de asco y sigo cargando mis bolsas. Escucho de fondo a la dependienta que en lugar de atender a quienes estamos peleando con las máquinas decide seguirle los chistes al imbecil de seguridad.
Cojo el autobús vuelvo a casa y veo que tengo un comentario en el meme de las reinas magas. Un tipo me dice: "eres una niña celosa, si te pusieran a Banderas de Papa Noel ya verías"
Es la 1:30 de la tarde aún no he comido, estoy cansada y menstruante, tengo varias cosas que me preocupan ahora mismo, que mi familia esté bien y que hay que comer y que necesito una siesta. Pongo el agua a hervir y lo único que pienso es que en esta vida por lo que más me han insultado, ignorado, humillado, dañado y criticado  es por ser mujer y madre. Ser estas dos cosas desde la consciencia y por tanto la persecución de la dignidad y justicia como tal es la mayor afrenta social al puñetero orden establecido. La opresión, la veamos o no, nos cueste más o menos aceptarla, elijamos mirar para otro lado o no, es absolutamente brutal y continua y se basa en la idea de privilegio de unos cuantos perpetuada en todo tipo de gestos por todos/as  nosotros./as.
Hace unos días con el tema de las Reinas Magas se cuestionaba en titulares que qué sería lo próximo ¿una niña Jesusa? A mí me dio la risa, de repente mi invisibilidad se nombraba hasta con mi propio nombre. 
A mí me llamaron Jesusa como a mí madre y a mi bisabuela y me ha hecho siempre mucha gracia que con tal de honrar a su dios la iglesia no tuviera problemas en adaptar mi nombre originario de un hombre a una mujer. Esas decisiones no han parecido crear ningún tipo de conflicto moral o ético en ningún momento de la historia hasta donde yo sé.  Aun así me colocaron el María acorde con las exigencias de guión católico de la España del 74, para todas las niñas. La realidad es que Jesusa existe, no conozco a muchas aparte de mi, mi madre y una activista mexicana que hizo una maravillosa canción sobre el clitoris. Pero existimos porque la iglesia no tuvo problema con esa adaptación. 
La ventaja de haber nacido en el 74 es que crecí en una España en la que todo parecía posible y con una infancia llena de referentes femeninos muy fuertes Alaska, Siouxie, Pilar Miró, Loló Rico, Gloria Fuertes, Rosa María Mateo, Rosa María Calaf, Debbie Harry...muchas de mis profesoras de instituto y tantísimas mujeres que empezaban a vivir, conducir, divorciarse y a trabajar por cuenta propia...Mujeres que me dijeron que yo también podía 

                                           


Y sí las Jesusas existen,  igual que existen las Santa Klaus con minifalda y curiosamente ese fue uno de mis primeros trabajos con dieciséis años, y a mi jefe católico y facha (que por cierto decidió que darme un morreo era parte del contrato temporal) no parecía suponerle ningún conflicto, ni a las familias que traían a los niños a hacerse fotos conmigo. Tampoco hemos tenido conflicto con los reyes magos pintados de betún durante años, ni con que el banco que pone a las familias en la calle tenga un belén en su sucursal, ni lo tenemos con el hecho de que la festividad sacra sirva para vender hasta agotar existencias, nadie se ofende por la figura del "caganet" en el pesebre, ni porque las madres sean las que más tiempo pasan trabajando en Navidades, sea empaquetando, fregando o cocinando o haciendo de "reyes magos" cuando nadie las ve hasta muy tarde.
No por favor que no se siga malinterpretando por conveniencia, no quiero ser reina maga, ni siquiera me interesa la tradición religiosa ni la practico, no señora no quiero ser hombre, entre otras cosas porque me encanta, pese a lo difícil que me lo ponen, ser mujer o eso creo ya que no puedo comparar pero parir y mi clitoris me parecen extras maravillosos. Y no listo de turno, no me interesa Banderas de papa Noel, de Banderas me interesa más lo que dice últimamente,  yo procuro no objetificar a las personas, y ni se te ha ocurrido pensar que quizá también me atraiga la mujer vestida de Santa Klaus mira por dónde. Y no, no quiero que alguien decida que por ser madre no tengo ni idea de cuidar de mis hijos o que se crea que por ello puede decirme lo que tengo que hacer. No quiero que un tipo que se supone que trabaja para mí en un supermercado falte a su profesionalidad y me invada e intimide con algo que yo tengo que aceptar como un chiste y un halago. 

Lo que quiero es más simple que todo eso. Quiero ser mujer y madre con todos mis derechos intactos, con mi libertad siendo esta incuestionable y con el respeto social que me pertenecen tanto como a los demás. 
Y pienso que si yo fuera niña en España querría ser alcaldesa como Manuela, y veo que sí de una alcaldesa que en un año ha hecho un increíble trabajo rescatando a toda una ciudad de la corrupción, limpiando, poniendo orden y dando una verdadera lección de política, humildad, clase y buen hacer lo único que se les ocurre a ustedes comentar es lo de las Reinas Magas, pues es más de lo mismo, es como cuando a Serena Williams le preguntan por la falda y a las astronautas por el maquillaje. Es como cuando yo crecí con una Pilar Miró a la que hicieron la vida imposible y consiguieron derrotar acusándola de todo lo que pudieron. Y como niña de entonces ahora concluiría lo mismo, ah qué ser mujer significa que tengo que hacer el doble para merecer la mitad, nada o el castigo.

Y si el tema de las Reinas Magas es realmente tan complicado e imposible, si es tan impensable que nuestras niñas participen de las tradiciones más allá de ser incluidas en ellas en minifalda o como las que limpian y se sacrifican.
Entonces es que estamos tan sometidas que ya ni la queja se acepta, las mujeres vivimos, querida sociedad, en la mayor de las represiones, y lo hacemos pisoteadas y acalladas. 
Ahora llámenme exagerada, insultenme y lo que gusten, digan cuánto quieran porque  con ello tan sólo estarán dándome la razón.





Recomiendo:  http://www.rtve.es/m/alacarta/videos/imprescindibles/imprescindibles-quien-fue-pilar-miro/1120308/?media=tve

Popular posts from this blog

De fines de año, Guerras de las Galaxias y otros apocalispsis patriarcales

En este día en tierra de nadie que es el 30 de diciembre, cuando me doy cuenta de que me he asignado el trabajo de preparar la fiesta de fin de año (mi pareja se encargó del 25) y de que como siempre me he pasado, que si tarta de chocolate por hacer, huevos rellenos, uvas para la fiesta, solucionar la conexión vía iPad desde casa de los vecinos para las uvas (y encargarme de entrenar a los escoceses que no conocen la tradición) y por qué no Jesusa haz tu primera queimada ya que estás y ahora que os escribo me acuerdo de sacar la pata de cordero del congelador...En fin, pues sí en este día, escucho a mi marido comprar las entradas para ver Star Wars y grito: "¡yo también voy!" He decidido así de sopetón que no me quiero perder la cara de Anaïs que a sus 4 años y medio va por primera vez al cine, prefiero ignorar irresponsablemente mis responsabilidades a no estar en ese momento. Mis hijos mayores me informan diligentes que la película pasa el test de Bechdel.               

La salud

Veo que los humanos y humanas caemos en la repetición de nuestros errores con cierta facilidad. Y bueno en realidad la naturaleza también tiene tendencia a la repetición. Y aunque la repetición y mutación suelan darse en la persecución de perfeccionamiento o de alternativas más interesantes, a veces esto lleva a cosas tan terribles como el virus que nos somete ahora a todo tipo de adaptaciones forzadas y forzosas, que sobrellevamos como buenamente podemos y en función de nuestras circunstancias. Las mías como madre unschooler (mis hijos no están escolarizados) residente en Londres, no son las peores. Y desde aquí contemplo al que fuera mi país, desde la ventana virtual que me ofrecen mis amplias redes sociales y compruebo con mucha angustia la aplicación de algunas medidas llevadas a cabo en estos días extraños. Antes de nada me gustaría decir que voy a intentar ser prudente, porque si algo sé en estas circunstancias es que no sé nada y también que me alegro de no ser ninguna de las

Hoy es el día de la madre en Reino Unido y quiero problemas

Hoy es el día de la madre en Reino Unido y me he despertado y lo he recordado por la prensa y he llorado sola desayunando y pensando en lo mucho que me irrita el día de la madre y sus estereotipos, y he sabido que mis hijos se habrían olvidado porque andamos todos perdidos y preocupados. Y he echado de menos irritarme por cosas como esas. Quiero volver a tener el privilegio de discutir sobre feminismo. Y poder enfadarme con mi marido por la tapa del water.  Quiero que me enfade la falta de civismo en la calle. Y quiero preocuparme por lo que vamos a hacer la semana que viene.  Quiero irritarme con la gente que quiero, quiero debatir con mis amigas quien paga la cuenta del restaurante. Quiero exasperarme porque no conseguimos quedar y que nos cuadre a todas. Quiero tener que pasar una hora calmando a mi hijo adolescente cuando se enfada con sus amigos. Quiero salir a la calle a curar una rodilla porque mi hija se ha caído. Quiero besar y abrazar como si no hubiese un