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Ni doulas ni matronas, ni tontas ni canibales.

Me parece tragicómico lo acontecido en España los últimos días. El colegio de enfermería, que además representa a las matronas en España, ya que  por desgracia no tienen Colegio propio, ha emitido un informe,  llamado Informe Doulas en el que como en una película mala de detectives han detallado sus observaciones de este colectivo.
Para empezar diré que ya no soy doula, que lo fui, pero que nunca lo he sido en España y que tengo mis propios conflictos con algunas maneras de entender la profesión y practicarla (como ocurre en todos los colectivos, estoy segura). También tengo conflictos por haber estudiado una especialidad (Childbirth education) que no existe en España y que a menudo "usurpan" en donde vivo (Reino Unido) profesoras de yoga, doulas y otras.
Pongo comillas porque en realidad no me siento usurpada. Profesionalmente a veces me preocupa porque me cuentan cosas que creo que no son las ideales para decirle a una mujer, que no son información sino propaganda o proyección de las ideas propias. Pero siempre llego al mismo punto que me inculcaron a fuego en los tres años de estudios con la Universidad de Bedforshire. No es mi elección, no es mi decisión o como decía mi tutora acordaos del dicho indio: "antes de juzgar a alguien, camina una milla en sus mocasines" y quien soy yo para juzgar o elegir por otra sobre lo que es mejor para ella.

Pues de eso se trata, esto no es una cuestión de doulas, ojalá el informe hubiese sido serio y abriese un muy necesario debate sobre las funciones y regulación de las doulas, o sobre la mejor atención al parto, más de una lo hubiese agradecido.
Este asunto es sobre el estado de las cosas en España, es sobre la situación de las mujeres y su capacidad de decisión y libertad y en concreto sobre la percepción del parto como una patología, sobre su atención, sobre la situación de las matronas, la situación de las doulas, sobre la matriarcalidad y nuestra percepción como mujeres de nosotras mismas, nuestros derechos, nuestros cuerpos y nuestros procesos fisiológicos.

Este asunto es grave porque tenemos titulares dignos de caza de brujas medieval, dignos de periódicos satíricos, que nadie cuestiona por la ignorancia generalizada que existe sobre la capacidad de decisión de las mujeres, sobre la fisiología de los partos y sobre todas las cuestiones de esta índole y porque, no lo olvidemos, en estos momentos tenemos un país en el que se paga 6 euros por artículo a la agencia efe (1)





Este asunto es grave porque ningunea a las mujeres una vez más con cuestiones tan serias y graves como la violencia obstétrica. Este asunto es grave porque ilustra lo poco que importamos nosotras y nuestra libertad, en un asunto que más allá de los profesionales es una cuestión de mujeres, pero que debiera ser una cuestión urgente de humanidad.

Sugiero fervientemente que no optemos por escoger lo que nos ponen delante de la nariz, en este caso la guerra doulas vs matronas. Si no que vayamos más allá que nos saltemos la línea de fuego abierto y profundicemos, y que desde todos los colectivos, asociaciones y especialmente como mujeres demandemos el trato que nos corresponde como seres libre pensantes. Demandemos información y no propaganda, demandemos opciones y no monopolios, demandemos ser escuchadas y no acalladas.

Yo seguiré gritando hasta quedarme afónica Ternosvky vs Hungría, seguiré gritando hasta quedarme afónica que somos libres y decidimos, aunque este mundo este sordo y encima no nos deje gritar.

                                        





          

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