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Un buen montón de cosas no dichas

¿Por dónde empiezo? ¿Recordáis mi entrevista en La Contra? El titular que me pidieron y yo dí:

"El parto puede ser un éxtasis o una violación"

 Un titular cumple con el objetivo de instigar a tu curiosidad, y creo que este lo consiguió. La vida no se puede vivir en titulares, sería agotadora. Si en vez de una entrevista fuera una conversación o una de mis clases lo completaría diciendo "un éxtasis, una violación o ninguna de las dos cosas"...Cuando abogo por lo que abogo, reivindico lo que reivindico quiero pensar que lo hago también por los partos que no serán trascendentales para quien los experimenta, también por los hospitalarios, los nacimientos por cesárea, los que se detestan y los que se experimentan sin información previa y un largo etc.
Me molesta el títular de parto orgasmico, quise hablarlo con la autora del término Debra Pascali Bonaro, en la conferencia en Bruselas pero no se dio la ocasión. Creo que todo nuestro vocabulario y forma de entender nuestra matriarcalidad está corrupta hasta su raíz, por toda la influencia cultural de muchos siglos. Creo que el parto fisiológico es, como dijo Michel Odent, un camino a la trascendencia, creo que lo que se puede llegar a experimentar es un placer para algunas mujeres muy comparable con un orgasmo, por tratarse de la misma zona y las mismas hormonas, pero el andar por la vida o en mi caso además, el trabajar desde ese titular es un problema, intentaré explicarme a continuación.

Estoy harta de la lucha por la maternidad perfecta, de la búsqueda de la etiqueta perfecta que veo a mi alrededor, de las etiquetas que me ponen incluso a mí que no las busco. El método Estivil y la crianza con apego vividos desde la teoría y abrazados como religión son igualmente asfixiantes.
Veo en todo lo que me rodea por mi experiencia personal, trabajo y activismo, que los padres están cada vez más obsesionados con el parentar y se acaban olvidando de lo que tienen delante de sus narices que es el ser padres y madres, con sus instintos y errores. 

En mis experiencias como unschooler, madre, profesora, feminista y activista he visto de todo y concluyo que la maternidad empieza a ser para muchas mujeres algo así como una religión o quizá un escondite, o un escenario desde el que emitir juicios de valor. Y por supuesto seguir compitiendo y seguir sin ser quien somos desde nuestras identidades independientes.

En mis clases una de las cosas que siempre digo es que después de las clases ya con sus bebés  se junten como grupo y sin disfraces, que si han pasado una mala noche lo digan, que si se sienten culpables lo cuenten entre ellas y se dejen de juicios, competiciones y apariencias.

Damos vueltas en círculo pero lo más básico no cambia, seguimos compitiendo con nosotras y las demás, seguimos vendiendo el mejor parto, el mejor sexo, la liberación más auténtica, la vida más transgresora, la más poliamori, la más bisexual...y yo que sé qué más y por supuesto la maternidad multiorgasmica y perfecta desde la que decimos al mundo que somos la hostia (disculpen el taco), porque detrás de ese parapeto seguimos agobiadas, cuestionandonos hasta que punto merecemos el carnet de ese club y hasta cuando nos lo vamos a creer. Porque detrás de ese parapeto el mundo nos sigue diciendo en todas sus formas que no pintamos nada. Que se espera de nosotras que hagamos el doble pagandonos la mitad o nada en derechos, satisfacción, reconocimiento, respeto y autoridad.

Creo y lo digo de manera muy generalizada, que quedé claro que hay gente muy brillante y competente que tiene muy clara sus opciones y las lleva acabo de manera ejemplar, que el mundo alternativo a menudo es muy poco sano porque tiene miedo. Y lo entiendo, yo vivo con esos miedos. Sé que lo que implica el tomar la ruta menos transitada es la inseguridad transmitida por la mayoría. Y esto es aplicable al unschooling, el parto en casa, la lactancia a término y tantas otras opciones de vida. Por tanto las minorías que nos movemos en estos círculos repetimos mantras y promovemos ideales para nuestra propia protección. 

Pero la realidad es que con esto a menudo dejamos a muchísimas personas desinformadas o hacemos que muchas se sientan desencantadas, desilusionadas o incluso dolidas y engañadas.

Creo que todas deberíamos reflexionar sobre porque decimos cosas como estas (basadas en experiencias reales)

Homeschooler inglesa: Vi a los hijos de XXX que ahora van al colegio con el uniforme puesto y mi corazón se rompió.
Respuesta que quise haberle dado: ¿Te acuerdas de Malala? Le pegaron un tiro en la cabeza por querer ir al colegio, me parece bien que elijamos una opción libre pero déjate de memeces pasivo agresivas, la madre de esos niños es mi amiga y ha elegido lo que ha creído mejor, respetala 

Leído: es que veo un baby bjorn con el niño colgando y me tengo que reprimir para no darle la charla sobre portabebés ergonomicos.

...O antes  de ayer mientras estaba con mis tres hijos en una comunidad homeschooler donde los tres estaban ocupados jugando y aprendiendo, al mirar mi iPhone para buscar una dirección de otra madre y quejarme de que allí nunca hay internet, una madre me espetó: es que aquí se viene a estar con los niños...Ejem ejem

                    


Y muchas otras cosas que leo y escucho sobre madres que dan biberón o tienen cesáreas especialmente si son famosas.

Y no puedo evitar pensar dos cosas: Quiénes nos creemos que somos y qué es lo qué nos mueve. Y creo que es el miedo, el miedo que nos hace defender nuestras opciones o el miedo a la crítica y que nos creemos mejores al decir estas cosas.

Me gustaría que las mujeres no tuviéramos miedo de defender aquello en lo que creemos, sin mirarnos en las otras me gustaría que la maternidad no fuese debatible, me gustaría que el "parto respetado" como término construido desde el abuso no existiese, me gustaría encontrarme a más madres que dan teta o biberón de manera vehemente y sin necesidad de explicarse. O a más homeschoolers con dudas o que cuentan sus problemas, o a más mujeres que como yo tuvieron un susto en un parto en casa y aún así lo defienden. O a mujeres con partos hospitalarios eufóricos y pletóricos como fue uno de los míos. Me gustaría que todas sus opciones fuesen informadas y seguras y para mi eso incluye abortar, una cesárea, la leche artificial, el parto en casa y cualquier opción tomada en libertad, y además ya que pido deseos, me gustaría que cualquiera de sus opciones no las subscribiese ni excluyese de ningún club de buenas o malas madres. Tal cosa no existe y es un producto más que podemos elegir no comprar.



 No hay peor cárcel que aquella que se elige.



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