Skip to main content

Mujeres fragmentadas, nada nuevo.

Hay quien se pregunta que de que va todo esto de 3Colours y la Matrieducación, hay quien no sabe que le pasa a Jesusa Ricoy que anda indignada y feminista. Pues sirva esta entrada a modo de breve explicación de una manera global de entender mi activismo.

El parto como experiencia sexual apenas se nombra. En mi clase provoca chistes e incredulidad, a Sheila Kitzinger se le ha tachado de loca y ambas por trabajar en Birth Crisis sabemos que de momento las mujeres tienen una noción sexual de su parto en negativo y por malas prácticas. Las mujeres que nos llaman hablan invariablemente de violación, tal y como expliqué en esta entrevista (http://www.vancouverobserver.com/blogs/feminista/2012/05/08/unhappy-birthdays-part-2-politics-birth-rape-and-mothers-ptsd) Pero hablar de experimentar el parto como una experiencia sexual estremecedora, transformadora o placentera, sigue generando cuando menos, debate.

El parto para mí es una experiencia sexual, abrumadora y transformadora, yo sigo difiriendo de Sheila Kitzinger, Michel Odent y Debra Pascali (quien acuño el término) cuando hablan de "Parto orgasmico" Creo que simplemente y con todo mi respeto, nos falta el vocabulario, nos falta la experiencia de nuestra sexualidad como mujeres con nuestros términos. Es una experiencia muy muy similar al orgasmo y se compone de las mismas hormonas y las zonas que se riegan con ellas y nuestra sangre son las mismas, pero creo que tiene matices propios muy interesantes, que deberían ser clasificados de manera independiente. Es más, y sé que soy una idealista, parto debería ser definición de semejante experiencia de trance, excitación, placer al borde del dolor, satisfacción y desbordamiento de sensaciones.

Pero el parto es el de una mujer y sus circunstancias, y su residencia, y su ambiente y su posición social, su relación con su cuerpo, la política de su país, la relación con su pareja, la relación con su madre, con su menstruación, con su vulva y un largo etc...La mujer no pare en intimidad con independencia ni libertad, la mujer pare en soledad pero invadida, dominada y controlada, ella misma busca el control ante la falta de naturalidad de la experiencia.

Y allí se la fragmenta una vez más de la misma manera que se hace en anuncios, campañas y chistes, lo que se ve en el paritorio, especialmente en países como Norte América es una zona estéril, los modelos sobre los que matronas y obstetras practican suelen ser fragmentos de una mujer, sólo la zona "que importa". Esto que podría percibirse como centrar la atención en "lo que preocupa y atañe al profesional" y para que nada le distraiga, para mi esta es la mayor distracción. Distrae de el hecho fundamental de que esa parte es la de una mujer pensante y sintiente, se trata de ignorar la sexualidad que esa vagina pletórica exhibe y se consigue, pasa a ser un campo estéril o un agujero abstracto en medio de un entorno asexuado del que saldrá una recompensa para los héroes que se mantienen atentos y vigilantes. La objetificación de la mujer que es una cuestión feminista es una cuestión que afecta profundamente nuestros partos. Nos afecta a nosotras para desconectar de esa vulva que si cortan está allá abajo, anestesiada y en manos de otras/otros, afecta a los profesionales que desde hace muchos años aplican prácticas que fueron creadas en una moralidad de represión y control de cualquier atisbo de sexualidad, y que ahora se perpetúan desde el "siempre se ha hecho así" y desde la idea última de la que no se habla: los cuerpos de las mujeres no son de ellas, no el expositor social sobre el que presentar, disimular, dictar, ejercer, enmudecer y controlar a una parte de la población y por tanto a los "dueños" de estos, empresas, iglesias, politicos. Nuestro sexo y nuestro placer es secundario, nuestras partes no son un todo. Y si no me creen, lean:
http://www.sinembargo.mx/17-04-2013/591269

Popular posts from this blog

De fines de año, Guerras de las Galaxias y otros apocalispsis patriarcales

En este día en tierra de nadie que es el 30 de diciembre, cuando me doy cuenta de que me he asignado el trabajo de preparar la fiesta de fin de año (mi pareja se encargó del 25) y de que como siempre me he pasado, que si tarta de chocolate por hacer, huevos rellenos, uvas para la fiesta, solucionar la conexión vía iPad desde casa de los vecinos para las uvas (y encargarme de entrenar a los escoceses que no conocen la tradición) y por qué no Jesusa haz tu primera queimada ya que estás y ahora que os escribo me acuerdo de sacar la pata de cordero del congelador...En fin, pues sí en este día, escucho a mi marido comprar las entradas para ver Star Wars y grito: "¡yo también voy!" He decidido así de sopetón que no me quiero perder la cara de Anaïs que a sus 4 años y medio va por primera vez al cine, prefiero ignorar irresponsablemente mis responsabilidades a no estar en ese momento. Mis hijos mayores me informan diligentes que la película pasa el test de Bechdel.               

La salud

Veo que los humanos y humanas caemos en la repetición de nuestros errores con cierta facilidad. Y bueno en realidad la naturaleza también tiene tendencia a la repetición. Y aunque la repetición y mutación suelan darse en la persecución de perfeccionamiento o de alternativas más interesantes, a veces esto lleva a cosas tan terribles como el virus que nos somete ahora a todo tipo de adaptaciones forzadas y forzosas, que sobrellevamos como buenamente podemos y en función de nuestras circunstancias. Las mías como madre unschooler (mis hijos no están escolarizados) residente en Londres, no son las peores. Y desde aquí contemplo al que fuera mi país, desde la ventana virtual que me ofrecen mis amplias redes sociales y compruebo con mucha angustia la aplicación de algunas medidas llevadas a cabo en estos días extraños. Antes de nada me gustaría decir que voy a intentar ser prudente, porque si algo sé en estas circunstancias es que no sé nada y también que me alegro de no ser ninguna de las

Hoy es el día de la madre en Reino Unido y quiero problemas

Hoy es el día de la madre en Reino Unido y me he despertado y lo he recordado por la prensa y he llorado sola desayunando y pensando en lo mucho que me irrita el día de la madre y sus estereotipos, y he sabido que mis hijos se habrían olvidado porque andamos todos perdidos y preocupados. Y he echado de menos irritarme por cosas como esas. Quiero volver a tener el privilegio de discutir sobre feminismo. Y poder enfadarme con mi marido por la tapa del water.  Quiero que me enfade la falta de civismo en la calle. Y quiero preocuparme por lo que vamos a hacer la semana que viene.  Quiero irritarme con la gente que quiero, quiero debatir con mis amigas quien paga la cuenta del restaurante. Quiero exasperarme porque no conseguimos quedar y que nos cuadre a todas. Quiero tener que pasar una hora calmando a mi hijo adolescente cuando se enfada con sus amigos. Quiero salir a la calle a curar una rodilla porque mi hija se ha caído. Quiero besar y abrazar como si no hubiese un